¿Cuáles son los problemas o fallos más comunes en los motores de montacargas a gas LPG?

¿Cuáles son los problemas o fallos más comunes en los motores de montacargas a gas LPG?

Los montacargas que funcionan con motores a gas licuado de petróleo (LPG) se han convertido en una de las soluciones más utilizadas en almacenes, fábricas y centros logísticos, gracias a su capacidad de trabajar en interiores con un nivel de emisiones significativamente más bajo que los equipos diésel. A pesar de sus ventajas operativas y medioambientales, los motores LPG presentan una serie de fallos característicos que, si no se detectan a tiempo, pueden generar pérdidas de productividad, interrupciones operativas y riesgos de seguridad. Para aprovechar realmente los beneficios del LPG, es fundamental conocer cómo funciona este tipo de motor y qué problemas tiende a desarrollar a lo largo de su vida útil. Un motor LPG depende del proceso de vaporización del combustible, de la regulación de la presión del gas, de una mezcla airecombustible precisa y de un sistema de encendido más exigente que en motores de gasolina. Cuando alguno de estos elementos se desequilibra, el rendimiento del montacargas puede deteriorarse de forma notable.

Uno de los problemas más comunes en estos motores está relacionado directamente con la calidad del combustible. El LPG puede contener impurezas como humedad, aceites residuales o partículas que se depositan en el regulador, las mangueras o los inyectores, provocando una mezcla deficiente y síntomas como dificultades de arranque, pérdida de fuerza, explosiones en la admisión, consumo elevado o inestabilidad del ralentí. A esto se suma el hecho de que la presión del cilindro y del regulador debe mantenerse dentro de un rango muy estrecho; si la presión cae por debajo de lo normal debido a una fuga o a un cilindro defectuoso, el motor puede vibrar, apagarse durante las transiciones de aceleración o mostrar un ralentí irregular. En condiciones frías, la humedad presente en el gas puede congelarse dentro del regulador, bloqueando el paso del combustible y provocando paradas repentinas del motor. Todo esto hace que el sistema de combustible del LPG sea uno de los más sensibles y uno de los primeros que muestra fallos cuando el mantenimiento no es adecuado.

El vaporizador/regulador es, sin duda, el componente más crítico del motor LPG, ya que es el encargado de transformar el combustible líquido en gas y mantener estable la presión antes de que entre en la admisión. Con el tiempo, el diafragma interno se endurece o se agrieta debido a la constante exposición al calor, la humedad y las vibraciones. Cuando esto ocurre, el montacargas suele perder potencia, mostrar aceleración lenta o apagarse al reducir velocidad. Las impurezas del combustible también pueden bloquear los conductos internos del regulador, afectando la vaporización y alterando la mezcla airegas. En muchos casos, los operadores detectan estos problemas por señales como olor a gas, ralentí muy inestable, consumo anormal o un motor que necesita mantenerse acelerado para no apagarse. Por esa razón, la mayoría de los fabricantes recomiendan reemplazar el regulador cada cierto número de horas, ya que su fallo suele ser progresivo pero inevitable.


El sistema de encendido es otra fuente frecuente de fallos, debido a que el gas LPG requiere una chispa más intensa para inflamarse en comparación con la gasolina. Las bujías se desgastan más rápido, se ensucian con depósitos o pierden capacidad para generar una chispa fuerte, lo que ocasiona tironeos, pérdida de potencia en pendientes, fallos intermitentes, aumento del consumo o arranques lentos. La bobina de encendido, que es responsable de amplificar el voltaje, también es un punto crítico: cuando se debilita, la chispa se vuelve irregular y el motor comienza a fallar especialmente en aceleraciones. En modelos más antiguos que utilizan distribuidor, el desgaste en tapa, rotor o cables puede alterar el momento del encendido y producir detonaciones, fallos en altas revoluciones o aceleración poco estable. Los motores modernos con inyección electrónica sustituyen muchos componentes mecánicos por sensores, pero siguen siendo sensibles a cualquier interrupción en la calidad de la chispa.

La mezcla airecombustible es otro aspecto decisivo para el buen funcionamiento del motor. Cuando el filtro de aire se encuentra obstruido por polvo o suciedad, el motor recibe menos aire del necesario, lo que genera una mezcla rica que perjudica la combustión y aumenta el consumo. Por otro lado, las fugas de aire en mangueras, juntas o el cuerpo de aceleración generan mezcla pobre, la cual produce explosiones en la admisión, sobrecalentamiento y pérdida severa de potencia. Los carburadores o cuerpos de aceleración mal ajustados o sucios también afectan la dosificación del gas y alteran tanto la respuesta del acelerador como la estabilidad del ralentí. En algunos montacargas esto se percibe como un motor que acelera con retraso o que se apaga al pasar de aceleración a frenado.

El sobrecalentamiento es otro de los fallos más comunes, especialmente en entornos donde los montacargas operan durante largas jornadas sin descanso. Un motor LPG que trabaja a altas temperaturas no solo compromete su integridad mecánica causando desgaste acelerado en válvulas, pistones o juntassino que también afecta directamente el funcionamiento del vaporizador, ya que la vaporización del gas depende de la estabilidad térmica. Radiadores sucios, mangueras deterioradas, termostatos atascados, bombas de agua defectuosas y ventiladores eléctricos que no activan son causas típicas de que un motor empiece a calentarse. Cuando el sistema de enfriamiento no trabaja adecuadamente, pueden aparecer síntomas como olor a refrigerante, vapores, pérdida de potencia y apagones repentinos. Dejar que un motor LPG se caliente repetidamente reduce significativamente su vida útil.


El sistema de escape y emisiones también puede provocar problemas. Un convertidor catalítico obstruido impide que los gases salgan correctamente, lo que provoca sobrecalentamiento, pérdida de fuerza y aumento de las emisiones nocivas. La acumulación de carbón en el sistema de escape o un sensor de oxígeno defectuoso puede alterar la mezcla airecombustible y generar un funcionamiento deficiente del motor. En espacios interiores, esto se vuelve especialmente peligroso, ya que el monóxido de carbono puede acumularse si el escape no trabaja correctamente, poniendo en riesgo la salud de los trabajadores.

Los motores equipados con inyección electrónica (EFI) presentan fallos muy típicos en sensores, que afectan el comportamiento del motor incluso sin mostrar síntomas evidentes al inicio. Los sensores MAP, MAF, TPS, de temperatura del refrigerante y el sensor de oxígeno son esenciales para que la computadora determine la cantidad exacta de gas y aire que debe ingresar al motor. Cuando uno de estos sensores falla, la ECU puede colocar el motor en modo de emergencia, limitando la potencia, aumentando el consumo o provocando fallos de aceleración. En estos casos, es común que aparezcan códigos de error en el panel, aunque algunos fallos solo se detectan con escáner especializado.

Con el paso de los años, cualquier motor LPG sufre desgaste interno. El LPG es un combustible más secoque la gasolina, lo que puede causar desgaste prematuro de válvulas y asientos. La baja compresión en cilindros es un síntoma clásico de fatiga mecánica: el motor pierde fuerza, es difícil de arrancar y tiende a apagarse bajo carga. También pueden aparecer fugas de aceite, consumo excesivo, pistones rayados o fallos en la junta de culata. Cuando los fallos mecánicos se combinan con problemas en el regulador, sensores o sistema de combustible, llega un punto en el que la reparación deja de ser viable y la sustitución completa del motor resulta más económica.

Para mantener un motor LPG en buen estado es necesario realizar revisiones frecuentes: inspección diaria de fugas de gas, revisión del nivel de refrigerante, comprobación del cilindro, limpieza periódica de filtros, cambio de bujías, inspección de mangueras, calibración de mezcla y sustitución del regulador en los intervalos recomendados. Seguir un plan de mantenimiento preventivo no solo prolonga la vida útil del equipo, sino que reduce riesgos de incendio, previene intoxicaciones por gases en interiores y disminuye considerablemente los tiempos muertos en operaciones críticas. Con un enfoque preventivo y una detección temprana, los motores de montacargas LPG pueden operar de manera fiable durante miles de horas.



Hora de publicación: 25 de septiembre de 2020

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