¿Cuánto cuesta rellenar el tanque de un montacargas a gas LPG?
Los montacargas impulsados por gas licuado de petróleo, comúnmente conocidos como montacargas a LPG, son una de las opciones más utilizadas en almacenes, fábricas y centros logísticos que necesitan equipos versátiles, potentes y de bajo impacto ambiental. Su popularidad se debe a que combinan la autonomía de los motores de combustión con un funcionamiento más limpio que los diésel y una recarga rápida en comparación con los eléctricos. Sin embargo, uno de los factores más relevantes en la operación diaria de estos equipos es el costo del combustible, que influye directamente en la rentabilidad de las operaciones. Calcular cuánto cuesta rellenar el tanque de un montacargas a LPG depende de varios factores, como el tamaño del cilindro, el precio local del gas, el tipo de contrato con el proveedor y el ritmo de consumo de la flota. Este artículo analiza en detalle todos esos elementos para ayudar a las empresas a estimar con precisión su presupuesto operativo.
Un montacargas a LPG utiliza gas licuado de petróleo como fuente de energía, un combustible compuesto principalmente por propano y butano. Este gas se almacena en estado líquido a presión dentro de un cilindro metálico que se instala en la parte trasera del montacargas. Cuando el motor se enciende, el gas pasa a estado gaseoso y alimenta el sistema de combustión. Este tipo de montacargas ofrece una potencia similar a la de los modelos diésel, pero genera menos emisiones y permite su uso en interiores bien ventilados. Los tanques más comunes varían entre 8 y 33 libras (aproximadamente de 10 a 33 litros), y la autonomía suele situarse entre 6 y 8 horas de trabajo continuo por carga. El proceso de recarga es simple: se puede cambiar el cilindro vacío por uno lleno (intercambio) o realizar la recarga directamente en el sitio mediante una estación de gas dedicada. En cualquiera de los casos, la rapidez de la operación constituye una de las principales ventajas del sistema LPG frente a otras alternativas.
En cuanto al costo promedio de recarga, este puede variar según la región y el tamaño del tanque. En muchos países, el precio del gas licuado de petróleo para uso industrial se sitúa entre 0,8 y 1,5 dólares por litro, aunque en zonas urbanas o con impuestos más altos puede superar los 2,0 USD/litro. Si consideramos un tanque estándar de 33 libras (unos 15 litros de LPG), el costo de llenado completo puede oscilar entre 12 y 25 dólares por recarga. En un uso intensivo diario, con un consumo de un cilindro por turno, el gasto mensual por unidad puede rondar los 250 a 500 dólares, dependiendo del precio local del combustible. A diferencia de los montacargas eléctricos, donde el costo se mide en kWh, el LPG se paga por volumen de gas, por lo que las fluctuaciones del mercado energético afectan directamente el presupuesto de operación.
Existen varios factores que influyen en el precio final de rellenar un tanque de LPG. El primero es el costo base del gas en el mercado internacional, que depende del precio del petróleo crudo y de la oferta y demanda regional. El segundo es la ubicación geográfica: las tarifas varían entre países e incluso entre zonas urbanas y rurales, debido a diferencias en impuestos, transporte y disponibilidad de distribuidores. Otro factor clave es el tipo de contrato con el proveedor; las empresas que mantienen acuerdos de suministro a largo plazo o compran al por mayor suelen obtener precios más bajos por litro. También influye el tamaño del tanque: los sistemas de almacenamiento más grandes permiten aprovechar descuentos por volumen. Por último, las variaciones estacionales pueden afectar los costos, ya que el gas LPG también se utiliza para calefacción y su demanda aumenta durante el invierno, elevando temporalmente los precios.
Cuando se comparan los costos del LPG con otros tipos de combustible, se observa una diferencia interesante en la relación costo-beneficio. Un montacargas diésel puede tener un consumo aproximado de 3 a 4 litros por hora, con precios que suelen duplicar los del LPG en muchas regiones, además de generar más emisiones y requerir mayores mantenimientos. En cambio, un montacargas eléctrico tiene un costo energético por hora inferior, pero requiere baterías costosas y tiempo de recarga prolongado, lo que puede limitar su disponibilidad operativa. Si analizamos el costo por hora de trabajo, un montacargas LPG suele gastar entre 2,5 y 4,0 dólares por hora, frente a 4,5–6,0 dólares en un diésel y 1,5–2,0 dólares en uno eléctrico. Por ello, el LPG se considera una opción intermedia: ofrece buena potencia y autonomía, con un costo razonable y menor impacto ambiental.
Para reducir el gasto en combustible, las empresas pueden aplicar diversas estrategias de optimización del consumo. Una de las más efectivas es negociar contratos de suministro directo con distribuidores locales, lo que permite obtener precios preferenciales por volumen. También resulta útil establecer horarios de recarga planificados para evitar interrupciones y aprovechar los momentos de menor demanda de gas. El mantenimiento preventivo del motor, los filtros y las válvulas es igualmente fundamental, ya que una combustión ineficiente puede aumentar el consumo hasta un 10 %. Algunas compañías implementan sistemas telemáticos o software de gestión de flotas para monitorear el uso del gas, identificar patrones de desperdicio y ajustar las operaciones. Además, un entrenamiento adecuado de los operadores puede mejorar la eficiencia del manejo y reducir tiempos en vacío o ralentí, que también consumen combustible.
El aspecto de la seguridad en el proceso de recarga no debe pasarse por alto. El gas LPG, aunque es más limpio que el diésel, sigue siendo un combustible inflamable y requiere procedimientos estrictos de manipulación. Durante el rellenado o intercambio de cilindros, es obligatorio el uso de guantes, gafas protectoras y calzado de seguridad, así como asegurar una ventilación adecuada. Los tanques deben almacenarse en posición vertical, alejados de fuentes de calor y en áreas bien señalizadas. Asimismo, los sistemas de válvulas y mangueras deben inspeccionarse periódicamente para evitar fugas, que no solo implican riesgos de incendio, sino también pérdidas económicas por desperdicio de gas. A nivel ambiental, el LPG genera menos emisiones de CO₂ y partículas, por lo que en muchos países cumple con normativas de emisiones más estrictas, siendo una opción más sostenible que los combustibles fósiles tradicionales.
Para ilustrar los costos reales de operación, consideremos tres ejemplos prácticos. En una pequeña bodega con dos montacargas que operan 6 horas diarias, el consumo mensual puede requerir alrededor de 25 recargas, con un gasto total cercano a 600 dólares al mes. En una empresa mediana con 10 unidades y contrato de suministro directo, el costo por litro puede reducirse hasta en un 15 %, generando ahorros anuales de varios miles de dólares. En el caso de una gran operación logística que reemplazó su flota diésel por montacargas LPG, se observó una reducción de costos de combustible del 20 %, además de menores emisiones y mantenimiento simplificado. Estos ejemplos demuestran que, aunque el precio por litro puede parecer pequeño, su impacto acumulado sobre la operación total es considerable, por lo que una gestión eficiente del combustible resulta clave para mantener la competitividad.
En conclusión, rellenar el tanque de un montacargas a gas LPG tiene un costo variable que generalmente oscila entre 12 y 25 dólares por cilindro, dependiendo de la capacidad del tanque, el precio local del gas y el tipo de suministro. A nivel operativo, el gasto horario se mantiene competitivo frente a otras fuentes de energía, ofreciendo un equilibrio atractivo entre rendimiento, limpieza y autonomía. Aunque el precio del LPG está sujeto a las fluctuaciones del mercado energético global, sigue siendo una alternativa eficiente para empresas que buscan reducir costos sin comprometer la productividad. Evaluar cuidadosamente los contratos de suministro, mantener los equipos en condiciones óptimas y capacitar al personal en buenas prácticas de consumo y seguridad son las claves para optimizar el uso del LPG en montacargas modernos. En definitiva, este tipo de combustible continúa siendo una opción sólida y rentable en el sector industrial, especialmente para operaciones que requieren potencia continua y flexibilidad tanto en interiores como en exteriores.
Hora de publicación: 25 de septiembre de 2020



